Josep Sánchez Llibre: “La reducción horaria a través de un proyecto de ley es una bomba de relojería para la economía española”
El presidente de Foment del Treball critica la influencia de Sumar en el Gobierno, valora el giro de Junts y urge a Illa a ampliar el aeropuerto de Barcelona

Josep Sánchez Llibre (Vilassar de Mar, Barcelona, 75 años) es presidente de Foment del Treball y vicepresidente de la CEOE desde 2018. Antes, se curtió como portavoz de Convergència i Unió en el Congreso de los Diputados. Reivindica el papel que tiene que jugar la patronal para influir en las decisiones sobe política económica que toma el Gobierno y levanta la voz cuando alguna de las medida...
Josep Sánchez Llibre (Vilassar de Mar, Barcelona, 75 años) es presidente de Foment del Treball y vicepresidente de la CEOE desde 2018. Antes, se curtió como portavoz de Convergència i Unió en el Congreso de los Diputados. Reivindica el papel que tiene que jugar la patronal para influir en las decisiones sobe política económica que toma el Gobierno y levanta la voz cuando alguna de las medidas contradice sus intereses. La última batalla se cierne sobre la reducción de la jornada laboral.
Pregunta. El Gobierno no logra aprobar los presupuestos. ¿Qué efectos provoca esta situación?
Respuesta. La ingeniería financiera permite aprobar créditos extraordinarios pero, tiempo atrás, no tener presupuestos equivalía a tener que convocar elecciones. La coyuntura actual y la situación que hay en el Parlamento, lo mismo en el del Estado que en el de Cataluña, complica poder aprobarlos. Sería deseable que hubiera un acuerdo entre los grandes partidos, porque daría estabilidad económica a medio y largo plazo, en un momento en que Europa se enfrenta al reto de la reindustrialización y a la necesidad de poner medidas estructurales para hacer frente al trumpismo y a los planteamientos agresivos de la economía china.
P. Sin presupuestos se hace inviable abordar las reformas en fiscalidad que han pedido desde la patronal.
R. Desgraciadamente, la fiscalidad en España es un campo de minas que atenta contra la productividad y la competitividad de las empresas. La fiscalidad que supera el 50% de lo que uno gana es confiscatoria. Por eso reclamamos que se suprima el impuesto sobre el patrimonio o que se ponga un tope al impuesto de donaciones y sucesiones. Es mentira decir que el de patrimonio es un impuesto que solo lo pagan los ricos, porque lo paga la mayoría de la sociedad española. Una reforma fiscal ahora parece que no es posible, pero si no somos capaces de convencer al PSOE de que aplique medidas que vayan en la buena dirección, quien sabe si algunas de estas medidas no las podría recoger Junts o el PNV, con el apoyo del PP.
P. ¿El anunciado aumento del gasto en Defensa puede menoscabar la inversión en otros sectores que son clave para el crecimiento económico?
R. El presidente del Gobierno ha dicho explícitamente que el incremento del presupuesto en Defensa no implicará en ningún momento una reducción del gasto social.
P. Alerta de que las empresas españolas tienen un reto con la productividad. ¿La reducción de la jornada laboral puede ser un incentivo para aumentarla?
R. Ese es el planteamiento más relevante que tenemos los empresarios encima de la mesa. La reducción horaria a través de un proyecto de ley es una bomba de relojería para la economía española y para las empresas en general. Tal y como la ha planteado el Gobierno, condicionado por Sumar y Podemos, la reforma de las 37,5 horas tiene un efecto negativo en el tejido productivo. Foment del Treball nunca ha estado en contra de reducir las jornadas de trabajo, si es dentro de la negociación entre empresarios y trabajadores. Pero estamos en total desacuerdo con que se implemente por ley. Ningún país de Europa va en esa dirección. Se tiene que buscar la flexiseguridad para implementar tramos horarios en cada sector, en función de lo que acuerden los empresarios con los trabajadores y los sindicatos. Las 37,5 horas es un grave error que obedece a un capricho electoral de Yolanda Díaz, pero a la práctica va a suponer una reducción de la productividad y una inflación del 8% de los costes en salarios que soportan las empresas.
P. ¿Qué van a hacer?
R. Todo lo que está dentro de nuestras posibilidades. Vamos a intentar influir, y hablar con PP, Junts, PNV y Vox para que lo bloqueen. Que pongan una enmienda a la totalidad que pueda prosperar en el Congreso.
P. ¿No teme quedar como el malo de la película? La reducción de jornada laboral coincide con un aumento del salario mínimo y, trabajar menos pero ganar más, parece que es algo que gusta a todo el mundo.
R. El discurso de Foment es humanista. Es muy importante no solo incrementar el salario mínimo interprofesional, sino incrementar todos los salarios. Las rentas del trabajo son más importantes que las rentas del capital. La economía española va relativamente bien, con buenos datos macroeconómicos, pero la renta bruta individual está bastante por debajo de la media europea. La única manera de poder subir los salarios es incrementar la productividad. Al trabajador español, igual que a los empresarios, no le interesa trabajar menos para ganar lo mismo, sino trabajar lo mismo y ganar más.
P. Ha declarado que la opa hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell tampoco le gusta. ¿Aquí también tratan de influir para que fracase?
R. Lo mismo. La primera organización empresarial que se manifestó en contra de la opa fue Foment del Treball. Desde la perspectiva empresarial, la desaparición de un actor tan importante como es el Banco Sabadell va en detrimento de la capacidad de financiación de las pequeñas y medianas empresas. No sería positivo para el tejido industrial catalán y español.
P. ¿Está en contra porque supone la pérdida de un actor clave para la financiación empresarial o porque se trata de un banco catalán? ¿Cómo cree que acabará?
R. Tenemos que ser prácticos. Yo sé lo que pasó en las empresas con la crisis de Lehman Brothers. Cuando desaparecieron actores financieros, perdimos capacidad de financiación. En este caso, estoy convencido de que la opa no prosperará. Confío en lo que pueda decidir la CNMC y en lo que pueda plantear el Gobierno.
P. ¿Un defensor del libre mercado apela a la intervención del Gobierno para frenar la operación?
R. Solo hay que fijarse en lo que sucede en Europa, donde hay intervención de los gobiernos en decisiones que afectan a empresas consideradas estratégicas. Defiendo el libre mercado y la libre competencia, pero no quiero que vuelva a pasar en España lo que sufrimos los empresarios tras la crisis de Lehman Brothers.
P. ¿Después del grupo La Caixa veremos a corto plazo otra gran empresa regresar a Cataluña?
R. Veremos a compañías relevantes que se marcharon, regresar a Cataluña. Es lo único que puedo decir.
P. El president de la Generalitat afirma que Cataluña quiere liderar la economía española y que en España no hay que tenerle miedo a Cataluña. ¿Le parece una estrategia acertada?
R. Hay que aplaudirlo. Cuando ha ido mejor España ha sido cuando los empresarios catalanes y los políticos catalanes éramos relevantes en España. Como pasó con Convergència i Unió, que iba de la mano de la defensa de los intereses de la economía productiva y del business friendly.
P. ¿Qué nota la pone a estos ocho meses de Govern de Illa?
R. Un notable, porque impone estabilidad y previsibilidad. Espero que no tarde en anunciar la ampliación del aeropuerto, que es una infraestructura muy importante. Si perdemos el tiempo, la única ampliación del aeropuerto de Barcelona que vamos a ver va a ser la ampliación de las pistas del aeropuerto de Madrid-Barajas. Hay una cuestión negativa, también, porque Illa no ha sido capaz de aguantar las presiones de sus socios, ERC y comunes, con incrementos de impuestos en la tasa turística o en materia de vivienda con la transmisiones patrimoniales.
P. Ha hablado de la tarea que hacía CiU. Junts, supuesto heredero de Convergència, ¿hacia dónde va?
R. Estoy relativamente satisfecho de la evolución que ha hecho Junts en el Congreso de los Diputados. Ha sido capaz de influir en la política fiscal del Gobierno para dejar sin efecto el impuesto a las energéticas, ha evitado que se pueda plantear un impuesto sobre las pólizas de seguro privado o que se ponga en marcha una política fiscal contra las socimis. Junts está en la dirección de lo que queremos los empresarios, igual que el PNV. No dejaremos de insistir para que el PSOE vaya también en esa dirección. A Pedro Sánchez hay que agradecerle que haya sido capaz de plantear medidas políticas que han pacificado al hostilidad que había entre el gobierno de Cataluña y el de España, pero, desgraciadamente, el pacto con Sumar hace que en política económica vaya en sentido contrario a lo que interesa a los empresarios.